viernes, 23 de abril de 2010

La tradición de Santa Marina de Aguas Santas en Abencalez [1]

Fernando III "El Santo"

Año de 1240, Pedro Díaz de Haro, Fernán Núñez de Témez y Fernán Núñez de Aza, bajo las órdenes de Fernando III El Santo se disponen a ampliar el cerco defensivo al suroeste de la recién conquistada capital cordobesa, esa tierra de nadie que era parte de la campiña cordobesa.

No hay noticias sobre la resistencia de la población y de las torres militares hacia la conquista, pero no cabe duda que no sería grande por la escasez de población y por la debilidad de las estructuras militares. Entre ellas Abencalez, que según algunas crónicas contaba con población mozárabe.

Pedro Díaz de Haro se hace con la alquería y a diferencia de los dos caballeros que les acompañan no impone su nombre a la torre que conquista. La vinculación con esta familia , traería algunas consencuencias para nuestra villa, a lo largo de la edad media, como veremos en otras entradas.


Escudo de la casa de Haro

Aunque no le impuso su nombre a la torre y la población, si que dejaría el escudo de su familia en dicha torre, el cual no se conserva.

Normalmente se vincula la devoción de Santa Marina a Fernán Núñez de Temez, con toda la lógica, al tratarse de un capitán gallego y una santa gallega. Pero lo cierto es que en su torre y posterior castillo, no consta población ni iglesia, hasta el traslado de los habitantes de Abencalez. Luego, ¿cómo es que se instaló la devoción de la mártir en Abencalez, si no era este el territorio conquistado por un gallego, sino por un riojano?

Lo cierto es que, independientemente de quien la conquistó, se repobló con gallegos. Es curioso como aún quedan algunas evidencias en el pueblo: vecinos con el apellido Gallego viviendo a los pies del Calvario. No es muy descabellado pensar que pueden ser sucesores de aquellos primeros gallegos que llegaron a Abencalez y que aún se resisten a irse lejos de su aldea (El tejar de los Gallegos)

Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas en Xinzo de Limia (Orense)

Probablemente el nuevo señor de Abencalez se encontró con una aldea con las defensas militares bastantes mermadas. Respecto a la iglesia, hay que recordar que lo mozárabes tenían impuesto por los musulmanes la prohibición de construir nuevas o repararlas. Normalmente eran iglesias que databan de la llegada de los árabes a la península, es decir de la época visigoda, periodo histórico del cual se han encontrado restos significantes en la zona del cerro del Calvario, indicando que por allí hubo algún asentamiento previo a la época árabe.

Pedro Díaz de Haro supuestamente restauraría la vieja torre de Abencalez y sus defensas militares, implantando su escudo familiar en la misma y por otro lado propiciaría el arreglo de la iglesia, que auspiciados por los nuevos pobladores rebautizarían, con gran añoranza por su tierra, con el nombre de la actual patrona de nuestro pueblo.

Y así es como comenzó la historia de una devoción que perdura hasta hoy, nueve siglos después.

jueves, 15 de abril de 2010

Juan Criado, La Caridad y la Campana de Abencalez


La primera vez que tuve noticia de esta leyenda o hecho histórico (nunca supe muy bien como ha sido reconocido) fue una tarde en la biblioteca. Acababan de donar muchos libros de la historia local y de la provincia y ni corto ni perezoso me cogí uno de Crespín Cuesta que si no recuerdo mal  mezclaba relatos con historia (Cruces y Piedras) Allí me quedé embobado leyendo la historia de Juan Criado de Fuentes, presbítero de la Iglesia de Santa Marina. Cuenta la tradición que en el siglo XVII dejó de haber hospicio en nuestro pueblo y  Juan Criado, andaba buscando ayuda para su refundación.

Este, ante la desesperación y la falta de comprensión y compromiso de los vecinos acudió a la zona de la antigua aldea de Abencalez, que llevaba desde 1385, destruída y saqueada por los árabes (y a posteriori por el resto de habitantes del pueblo y alrededores).

Casualidad o no, encontro la que era, según el, la antigua campana de la iglesia de la aldea y con este reclamo milagroso consiguió las colaboraciones necesarias pa la construcción del hospicio. Ese hospicio se ubicaba en las casa adyacentes de la actual ermita de La Caridad, que era su antigua capilla,  donde se encontraba desde albergue hasta sepultura.

En dicha capilla, en un principio bajo la advocación de Santa Ana, más tarde como Nuestra Señora de la Salud (según el Madoz de 1847), existía una espadaña, similiar a la actual donde se colocó dicha campana mozárabe.


Campana mozárabe del museo Arqueológico de Córdoba
(con posible similitud a las de Abencalez)

Hoy no queda nada de aquella época, donde aquella capilla llegó a ser la parroquia principal del pueblo, mientras se reconstruía la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas en el siglo XVIII (a partir de 1724 y hasta 1739). Fue incendiada en la Guerra Civil y reconstruída años después. Sigue habiendo una espadaña y con una campana, que difícilmente tenga que ver algo con aquella que se custodiaba siglos atrás...
Dificilmente sabremos de su paradero y qué fue de ella, pues no tengo confirmación, pero es muy dudoso que siga en dicho lugar.

Lo que si queda es gran parte del Archivo de la Cofradía de la Santa Caridad que gestionaba el hospicio, teniendo documentación desde 1568, inicio de su andadura donde se detallan las condiciones que han de guardar y hacer los que quieran ser hermanos. Los legajos se prolongan hasta 1896. Se encuentran en el archivo parroquial.

Aprovechando unas obras, se tiró el muro que unía el patio o restos de la construcción, posiblemente parte del antiguo hospicio. Se puede ver como quedan los restos de una puerta lateral, actualmente tapiada y de construcciones adosadas a la nave de la capilla así como ventanas (probablemente tenga que ver con la reconstrucción de la época actual)


No sé que uso dará nuestro ayuntamiento, en el caso de que fuese de propiedad municipal, a dicho espacio, pero dando una simple opinión es que se podría adecentar, y hacer una bonita plaza, para esa zona del pueblo donde su idiosincrasia medieval hace que los espacios abiertos sean menores. Sería tan sencillo como costruir el muro pero con una reja, como si siguiese siendo el patio de la antigua capilla, con algunos naranjos y una pequeña fuente y ya poniendonos utópicos, un sitio donde cualquier vecino se pueda ir a disfrutar con un buen libro y la sombra de un buen árbol.  Por una vez, demos algo de coherencia a lo histórico en nuestro casco antiguo.

viernes, 2 de abril de 2010

Recuerdos personales de Semana Santa



Impresionante lo sencillo y bonito que era sin el insulto que le hicieron detrás


En estas fechas, siempre me acuerdo de cuando era niño y como mi abuela o alguno de mis amigos me contaban leyendas o anécdotas sobre las imágenes que antiguamente procesionaban o de las que hoy siguen haciéndolo por nuestras calles. Por supuesto, el patrimonio relacionado con la Semana Santa daría para entradas y entradas en el blog, pero con la cosa de que llevo poco en esto, que estamos aún a Viernes Santo (y uno ya acumula cansancio desde el Domingo) y que pronto habrá que irse a ver salir El Silencio, traigo algunos de mis momentos favoritos:


- El Cuello Sucio

Mi padre siempre, y a día de hoy lo sigue recordando: "hoy es la procesión del cuello sucio", como si año tras año nos olvidásemos y tuviese que refrescarnos la memoria. En parte, puede ser por la tradición femenina de llamar Tránsito a las primogénitas en mi familia, donde uno de los nombres más tradicionales de este pueblo abunda, nos hace difícil no tener cariño especial por esta procesión.

El Cristo de la Humildad

El mote de "El Cuello Sucio" se debe a la llegada de los zagales, temporeros y aperaores como mi abuelo del cortijo donde trabajaban para pasar los días festivos de Semana Santa en el pueblo. Sin apenas tiempo de asearse se incorporaban a la procesión de la Virgen del Tránsito y el Cristo de la Humildad.


Mª Santísima del Tránsito


- Viernes Santo


Mi abuela siempre me contaba como era el Viernes Santo cuando ella era mozuela. Se bajaban a la Plaza de Armas y allí situaban el Nazareno frente a la Verónica, San Juan , La Magdalena y la Virgen de la Soledad cada uno en su propio paso. Muchos de ellos con brazos articulados con los que el Nazareno bendecía el pueblo, San Juan limpiaba las lágrimas de la Virgen de la Soledad o la Verónica desplegaba el paño con la Santa Faz.


El Nazareno llegando a la Plaza de Armas



Y muchísimas leyendas de la Guerra Civil sobre el gran trabajo que costó quemar las figuras antes mencionadas del Viernes Santo y como algunas parecían milagrosamente resistir a las llamas o de cómo una de las familias de nuestro pueblo se adelantó al saqueo del Calvario y pudo rescatar a la Virgen del Tránsito y guardarla en su propia casa.

Porque como dije en la primera entrada patrimonio son tantas cosas... y aunque este sea un poco "patrimonio personal" estoy seguro de que muchos habréis visto reflejadas en estas líneas, las historias y momentos que vuestros abuelos y padres os relataban o siguen relatando.

¡A seguir disfrutando del Viernes Santo!