viernes, 27 de agosto de 2010

La pintura exterior de Santa Marina

Desde pequeño me gustaba subir a la azotea a contemplar la cúpula del crucero. Ahora subo y con esfuerzo, por las horribles y desacertadas nuevas construcciones que se interponen entre mi casa y ella, consigo ver algo parecido a lo que veía de pequeño.

Por tanto, siempre la he observado, hasta recuerdo cuando en los noventa se desplomó parte del crucero y había albañiles trabajando en verano, mientras yo me bañaba en una piscina de plástico que poníamos durante el verano en la azotea.

Siempre me llamaban la atención las pintadas o graffitis en blanco - que se tratarán en otra entrada- y las pinturas de los aleros de dicha cúpula del crucero.



Dichas pinturas se conservan casi intactas en la cara norte y este. Simulan el mármol y alternan los colores rojo y ocre. Igualmente esa cara presenta un color amarillento-marrón que puede ser el original de todo el edificio. Y como no... en las aristas del cubo que forma esta cúpula tenemos los clásicos segmentos rectangulares, similiares a los del palacio, solo que en este caso eran rojos y de la misma longitud todos.


El aspecto exterior de Santa Marina, es bastante triste y estos vestigios de su pasado nos muestran el esplendor que pudo tener una vez finalizada la obra. Espero que algún día, cuando llegue su restauración, se retome y estudie bien las formas de hacerlo lo más fiel a su estado original.

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