lunes, 15 de septiembre de 2014

La escultura de Attis

El Museo Arqueológico de Córdoba (MAECO)  tiene entre sus piezas una escultura del dios Attis, también escrito como Atis, un dios griego adoptado de los frigios (Frigia era una antigua región de la actual Turquía) y que a su vez también era venerado por los romanos. Esa estatua fue localizada en el término de nuestro pueblo.

En tiempos de Vlia fue cuando llegó la devoción de este dios, que probablemente no os suene de nada, pero seguro que su amante sí, la conocida diosa Cibeles.

El mito de Attis se pierde en el tiempo con múltiples variantes: una cuenta que Cibeles no solo era su amante, sino su propia madre y que sorprendió a Attis siéndole infiel con una ninfa. Tras ello Attis se autocastró muriendo desangrado.  Otras solo lo vinculan con la diosa pero no especifíca que fuese su madre y cuentan que un jabalí fue el que le dió muerte.

Dibujos que representan a Cibeles y Attis
En todas las versiones, posteriormente resucitaría al llegar la primavera en forma de pino ya que era un semi-dios y por tanto, no podía fallecer por siempre. Por tanto, el culto de Attis lleva un ciclo de muerte-resurrección la primera en torno al inicio del otoño y la segunda con el inicio de la primavera, a mediados de marzo. Su castración se asociaba a los sacerdotes que veneraban a Cibeles, los cuales eran eunucos, es decir, también estaban castrados.

El Attis que apareció en el término de nuestro pueblo es una escultura de mármol blanco de algo más de medio metro. Presenta una actitud pensativa y va vestido como un esclavo con túnica corta ceñida a la cintura y gorro frigio. La pierna izquierda está cruzada sobre la derecha que es la que soporta el peso del cuerpo. Presenta el brazo izquierdo cruzado sobre el abdomen y, por la posición, la perdida mano derecha debía señalar con el dedo índice los labios en actitud de imponer silencio.
La estatua no tiene ni cabeza, ni brazo derecho ni piernas y existen algunas estatuas parecidas halladas en lugares cercanos como en la ciudad sevillana de Carmona, que guardan la misma posición, o en lugares más cercanos aún: en Lucena, donde si está documentado que apareció en una villa romana, siendo una escultura de menor tamaño que la de Fernán Núñez y en la famosa villa romana de El Ruedo de Almedinilla, donde se cree que pudo estar en el centro de un estanque.

Escultura de Attis en su antigua ubicación
La escultura data del siglo II d.C. y no se especifica en que pago de nuestro pueblo fue hallada, tampoco de como llegó hasta los fondos del MAECO. Antes de la apertura de la ampliación del museo la estatua estaba expuesta en el patio principal del palacio renacentista donde se ubica. Ahora permanece a la espera de la remodelación para poder ser contemplada de nuevo.  

En la bibliografía de nuestro pueblo no he encontrado ni rastro de ella, quizás proceda de algunas de las importantes villas halladas en Hazas de la Villa, Mudapelo o Valdeconejos. Al parecer, según  la memoria del párroco Antonio Moreno durante la excavación de Valdeconejos fueron hallados muros, pinturas murales, bajorrelieves de terracota, ánforas, vasos de alabastro, fuentes de mármol y estatuas.

Otras vistas de la estatua

Si nos quedamos con estas dos últimas, fuente y estatua, coincide con las hipótesis de la villa de Almedinilla: una estatua de Attis en una fuente o estanque en el patio de la vivienda.

¿Sería esta la procedencia de la estatua fernannuñense?

Pues no lo sabemos y quizás no lo sepamos nunca, pero si esperemos que alguna vez, al menos una réplica del dios se encuentre en nuestro pueblo para conocer como fue la vida de los primeros habitantes de nuestras tierras y a quién lanzaban sus deseos y súplicas.


· Información editada procedente de:
- MAECO

· Fotografías del MAECO de Silvia Muñoz Jiménez

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